viernes, 6 de junio de 2008

Béisbol honra a Jackie Robinson, quien se integró al juego en 1947


Activista en derechos civiles, rompió la barrera del color en los deportes y mucho más
Washington, D.C. (Usinfo).- Cuando el equipo Nationals de Washington saltó al terreno de juego el 15 de abril para jugar en contra de los Mets de Nueva York, su jugador en la posición de parador en corto, vistió el uniforme con el número 42.

También llevaba ese número el receptor. y el lanzador.

Y también el bateador de los Mets.

Y 330 jugadores, entrenadores y managers en toda la Gran Liga de Béisbol llevaron el número 42 ese día.

No se trataba de una increíble confusión, sino de un tributo del béisbol a Jackie Robinson que, en la misma fecha, en 1947, rompió la barrera del color que no permitía que los afroestadounidenses jugaran en las grandes ligas desde la década de 1880.

Robinson, un jugador estelar con los Dodgers de Brooklyn durante la que fuera la mejor década del equipo, vistió el número 42 durante su carrera.

La entrada de Robinson en la liga fue cuidadosamente planeada por el presidente de los Dodgers, Branch Rickey. Un ex jugador de béisbol, fútbol americano, baloncesto y estrella del atletismo en la Universidad de California en Los Ángeles, Robinson jugaba para los Monarchs de la ciudad de Kansas en la Liga Negra de Estados Unidos.

Decidido a terminar con la política que relegaba a los jugadores de la raza negra a jugar en sus propias ligas negras, Rickey dio el primer paso en 1945 al contratar a Robinson para el equipo filial de Brooklyn en las ligas menores, los Royals de Montreal. En 1947, Rickey lo subió a la categoría mayor de los Dodgers.

PRUEBA DE INSULTOS

Rickey eligió a Robinson para su puesto pionero no sólo por sus habilidades atléticas, sino por la habilidad que tenía para mantener su temperamento bajo control - para mantenerse enfocado a pesar de los insultos y aún amenazas de muerte que sufriría al integrarse a la liga.

El astuto Rickey probó a Robinson durante su primera reunión al reprenderlo y gritarle epítetos raciales que sabía Robinson tendría que enfrentar si lo contrataba. Robinson recordó en un artículo de 1961 publicado en la revista Selecciones del Reader's Digest, que Rickey finalizó la singular entrevista explicando: "He tratado de darte una idea sobre la clase de maltrato que vas a recibir, ¿puedes tolerarlo?".

No solamente lo toleró, sino que además sobresalió como jugador de las grandes ligas. Nombrado Novato del Año en 1947 y Jugador más valioso de la Liga Nacional en 1949, fue integrado en el Salón de la Fama del béisbol en 1962.

El éxito inmediato y duradero de Robinson en Brooklyn fue el tener un enorme impacto no solamente en el béisbol, sino también en la vida estadounidense en general. En el béisbol, muchos otros jugadores estrellas de las ligas negras rápidamente cambiaron su trayectoria hacia las grandes ligas. En un nivel más amplio, el papel central del béisbol en la cultura estadounidense aseguró que la fama de Robinson preparara el escenario para lograr avances en los derechos civiles en todos los aspectos de la sociedad.

CORTE MARCIAL

De la misma forma, el propio activismo de Robinson por los derechos civiles no se limitaba al béisbol.

Cuando era un joven subteniente en el Ejército y prestaba servicio en Fort Hood, Texas, en 1944, mucho antes de su debut como jugador de los Dodgers, desobedeció la orden de un conductor de autobús de raza blanca de moverse a la parte posterior del autobús para darle el lugar a un oficial también, de raza blanca.

Eso sucedió 11 años antes de que Rosa Parks se convirtiera en un símbolo de los derechos civiles al rehusarse a obedecer una orden similar de ceder su lugar en un autobús en Montgomery, Alabama; una acción que a la postre provocó el boicot con éxito contra el Servicio de Autobuses de Montgomery, encabezado por el entonces poco conocido reverendo Martin Luther King Jr.

En el caso de Robinson, se le imputaron cargos de mostrar una falta de respeto hacia un oficial investigador, lo que le llevó a enfrentar una corte marcial. Fue absuelto, pero poco tiempo después recibió una destitución médica del Ejército.

"La valerosa acción de Robinson pronosticó su posterior conducta en el campo de béisbol", escribe John Vernon en el prólogo de la edición de primavera de 2008 de la publicación del Archivo Nacional de Estados Unidos, "y sirvió de aviso en las fuerzas armadas, que empezaron a eliminar la segregación racial en 1948, y el mundo supo que había un hombre de la raza negra que no estaba dispuesto a aceptar ni la más mínima obscenidad racial".

Los otros aspectos de su activismo por los derechos civiles caracterizaron el tiempo que Robinson pasó con los Dodgers y, continuaron hasta su muerte causada por diabetes y problemas cardiacos a la edad de 53 años, en 1972.

RAZA, DEPORTES Y EL SUEÑO AMERICANO

Para analizar el efecto que tuvo Robinson en la sociedad estadounidense, la Universidad George Washington, con sede en Washington, ofrece anualmente desde 2002 un curso sobre sociología titulado "Jackie Robinson: raza, deportes y el sueño americano".

El profesor Richard Zamoff, quien desarrolló el curso y también lo imparte, afirma que está "basado en la premisa de que Jackie Robinson trascendió en los deportes y que su aparición significó un momento decisivo en la historia de Estados Unidos". El curso analiza "el modo en que Robinson transformó el escenario estadounidense y político como un atleta, líder informal de derechos civiles y héroe estadounidense", agregó.

Robinson fue "un hombre que hizo posible que los blancos estadounidenses tuvieran héroes negros", explica Zamoff, y empleando esa habilidad "causó que Estados Unidos se reconectara consigo mismo con honor".

Robinson usó su fama para impulsar su visión de justicia racial. Ayudó a fundar el Freedom National Bank (Banco Nacional de la Libertad) en Harlem, Ciudad de Nueva York, cuyos propietarios son afroestadounidenses, y estableció una compañía de construcción para construir casas para familias de bajos ingresos. Formó parte de la junta directiva de la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color (NAACP). Y fue políticamente activo, pronunció discursos ampliamente e inició correspondencia con líderes, como por ejemplo los presidentes Eisenhower, Kennedy, Johnson y Nixon, que con firmeza expresaba sus puntos de vista sobre los derechos civiles.

PROFETA FURIOSO

Michael Long, un profesor de religión adjunto en el Colegio Universitario Elizabethtown, en Pennsylvania, recalca muchos de los mismos puntos en su nuevo libro, Ciudadanía de primera clase: cartas de Jackie Robinson sobre derechos civiles.

En una entrevista con el Servicio Noticioso desde Washington, Long dijo que los estadounidenses se enfocan excesivamente en los logros alcanzados por Robinson a través del béisbol - en especial, durante su primer año. "Lo que hacemos con frecuencia es que congelamos a nuestros héroes, y hemos congelado a Robinson en el año 1947. Ese fue el año en que él no respondía a las agresiones y lo congelamos en ese período de tiempo porque no representa una amenaza y nos brinda mucha seguridad", explica.

Long mantiene que esto falla en mostrar a un Robinson más complejo. "Necesitamos recordar que Jackie Robinson significó mucho más que eso, y que para el final de su vida, se había convertido en un profeta furioso. Estaba enfadado con los líderes estadounidenses por no conceder a los afroestadounidenses sus derechos constitucionales. Y realmente, después de su carrera en el béisbol, dedicó su vida entera al movimiento de los derechos civiles, para que sus hijos pudieran disfrutar de una ciudadanía de primera clase".

"Siempre creyó que había un largo camino por recorrer. De manera que nunca se durmió en los laureles, nunca pensó que el limitado progreso fuera suficiente", afirma Long. "Mantuvo su mirada firme en el objetivo".

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