martes, 22 de julio de 2008

Olimpíadas Pekín serán primeras en multimedia


PEKIN.- Los Juegos Olímpicos deben su aura planetaria y su fortuna a la televisión, socia olímpica desde hace 60 años, una evidencia que no impide al COI cortejar a los nuevos medios, con internet y los teléfonos móviles a la cabeza, que entrarán en el mercado en los Juegos de Pekín.

En esta edición de los Juegos Olímpicos, 187 países han adquirido los derechos de los nuevos medios contra menos de 10 en Atenas. Una explosión que nada tiene que ver con el lento proceso de seducción en la valorización de los derechos televisivos.

Pero el Comité Olímpico Internacional sólo explota una ínfima parte del potencial, como explica uno de los resposables de marketing: “Se vendieron muchos derechos para 2008 a finales de los años 90, en la época donde la televisión en internet o sobre el teléfono móvil no era la que es hoy día”.

Millones en derechos
De los cerca de 1.740 millones de derechos de difusión que generarán los Juegos de Pekín, sólo una parte ínfima vendrá de los nuevos vectores de imagen. Técnicamente, los derechos de los nuevos medios todavía no han sido cedidos independientemente de los derechos televisivos. El COI perpetúa su modelo tradicional.

“Históricamente, siempre hemos vendido los derechos por territorio, a grupos de cadenas (la UER para Europa, la OTI para Sudamérica o NBC en Estados Unidos), explica. “Era práctico porque sólo se firmaba un contrato por zona”, y el grupo se encargaba de revender los derechos a sus miembros”, añade.

Lógicamente, son estos grupos continentales quienes se ocuparon de revender los derechos de los nuevos medios de comunicación. Un juego de niños cuando el cliente se llama por ejemplo BBC y posee, además de una cadena de televisión de gran audiencia, una plataforma de internet competente.

Pero el caso no es tan frecuente. El COI tiene tendencia a pasar cada vez más acuerdos económicos directos con los difusores para sacar más beneficio y una mayor audiencia.

Pues el Comité Olímpico Internacional busca tanto el rendimiento como la universalidad en la materia: “Nuestro objetivo es permitir que el máximo de personas en el mundo sigan los Juegos”, explica su presidente Jacques Rogge, mientras que la carta olímpica estipula que los difusores son seleccionados en base a su aptitud para alcanzar la mayor audiencia y su compromiso a la hora de promover los Juegos y los valores olímpicos.

PIE DE FOTO: Un obrero da los toques finales a una de las estructuras en las afueras de uno de los estadios que albergará las competencias de los próximos Juegos Olímpicos.

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