También las Grandes Ligas vivieron una nueva marca de asistencias a los campos de béisbol con 79.502.524 fanáticos que llegaron a los campos para ver la acción y dejaron también unos ingresos multimillonarios
Nunca en la historia del béisbol profesional de las Grandes Ligas se vivió un año tan intenso y lleno de contrastes como el del 2007, que dejó al "dopaje" como la gran estrella negativa, marcas históricas, polémicas y a los Medias Rojas de Boston campeones de la Serie Mundial con un latino de MVP.
La publicación del ya histórico "Informe Mitchell" destapó una caja de Pandora sobre el uso de drogas en el béisbol estadounidense, un secreto a voces que ahora cuenta con 86 nombres y apellidos de jugadores de Grandes Ligas vinculados con esteroides y sustancias para mejorar el rendimiento.
Entre ellos, nada menos que el rey de los jonrones, Barry Bonds, que ya había sido colocado como el "villano" del dopaje, pero también salió el del lanzador Roger Clemens, considerado por muchos como el mejor de todos los tiempos y que hasta ahora era considerado un héroe y modelo de persona y deportista.
George Mitchell, un ex líder de la mayoría demócrata en el Senado, estableció oficialmente en su informe de 409 páginas, resultado de 20 meses de investigación, que las décadas de los 80 y 90 fueron los de la "cultura de los esteroides" en las Grandes Ligas.
"Todos tienen responsabilidad en la permisividad del consumo de substancias prohibidas, que muchas veces violaron las propias leyes federales", acusó Mitchell, en su presentación del informe. "Sólo les interesaba el negocio de hacer dinero".
El informe ha dejado más cuestionada que nunca la marca histórica que Bonds consiguió el pasado mes de agosto al superar la de Hank Aaron de 756 jonrones.
Además, Bonds, que se ha querido poner en el papel del malo de la película de los esteroides, a partir del próximo febrero tendrá que hacer frente a un problema mucho mayor y más grave como son los cargos federales de perjurio y obstrucción a la justicia, que podrían mandarlo a prisión.
El legendario Pete Rose, quien no ha podido entrar al Salón de la Fama por haber hecho apuestas ilegales sobre los partidos que jugaban los Rojos de Cincinnati cuando el era piloto, dijo que todos los que se han dopado se habían burlado del deporte del béisbol.
Pero también hubo profesionales y marcas que fueron positivas y limpias para el deporte pasatiempo nacional, como fue la que logró el tercera base Alex Rodríguez, de los Yanquis de Nueva York, al ser el más joven que consigue llegar a los 500 jonrones.
Rodríguez, de 32 años, y ganador este año de su tercer premio de MVP de la Liga Americana, es considerado como el "salvador" del deporte del béisbol, ya que tiene la posibilidad de superar la marca de todos los tiempos de Bonds y recuperarle su credibilidad.
Su aportación positiva al béisbol y a los Yanquis, aunque volvió a fallar en la competición de la fase final por tercera temporada consecutiva, le permitieron firmar un nuevo contrato por 10 años y 275 millones de dólares, el más caro en la historia del béisbol.
Además, Rodríguez lo consiguió, dejando fuera de las negociaciones y la firma, a su agente libre desde que tenía 19 años, el todo poderoso Scott Boras, que le aconsejó que dejase los Yanquis, pensando que iba a recibir como mínimo 30 millones de dólares por temporada.
También las Grandes Ligas vivieron una nueva marca de asistencias a los campos de béisbol con 79.502.524 fanáticos que llegaron a los campos para ver la acción y dejaron también unos ingresos multimillonarios.
Mientras los Yanquis estaban de vacaciones y Rodríguez pensando en su contrato, los Medias Rojas se reivindicaron de nuevo de ganadores y lograron su segundo título de la Serie Mundial en cuatro temporadas y lo hicieron de nuevo por la vía de la barrida, esta vez ante los Rockies de Colorado.
Los Medias Rojas, con su conexión latina en el ataque, formada por los dominicanos David Ortiz y Manny Ramírez, junto con el puertorriqueño Mike Lowell, estuvieron intratables desde la caja de bateo, mientras que el abridor Josh Beckett fue la figura del pitcheo, y sorprendieron los novatos Dustin Pedroia y Jacoby Ellsbury.
Pero fue Lowell quien no sólo hizo una gran defensa en la tercera base, sino que se convirtió en la figura ofensiva de los Medias Rojas en la Serie Mundial y se hizo merecedor al premio de Jugador Más Valioso (MVP).
El triunfo de Lowell simbolizo él que una temporada más tuvo el béisbol latino en las Grandes Ligas, donde su participación cada vez es más numerosa, representativa e importante.
El abridor venezolano Johan Santana no sólo es uno de los mejores lanzadores de las Grandes Ligas, sino que también demostró en el 2007 que puede fildear, razón por la cual se adjudicó un nuevo trofeo para su vitrina, el premio Guante de Oro de la Liga Americana y el gran cotizado para la temporada del 2008.
La publicación del ya histórico "Informe Mitchell" destapó una caja de Pandora sobre el uso de drogas en el béisbol estadounidense, un secreto a voces que ahora cuenta con 86 nombres y apellidos de jugadores de Grandes Ligas vinculados con esteroides y sustancias para mejorar el rendimiento.
Entre ellos, nada menos que el rey de los jonrones, Barry Bonds, que ya había sido colocado como el "villano" del dopaje, pero también salió el del lanzador Roger Clemens, considerado por muchos como el mejor de todos los tiempos y que hasta ahora era considerado un héroe y modelo de persona y deportista.
George Mitchell, un ex líder de la mayoría demócrata en el Senado, estableció oficialmente en su informe de 409 páginas, resultado de 20 meses de investigación, que las décadas de los 80 y 90 fueron los de la "cultura de los esteroides" en las Grandes Ligas.
"Todos tienen responsabilidad en la permisividad del consumo de substancias prohibidas, que muchas veces violaron las propias leyes federales", acusó Mitchell, en su presentación del informe. "Sólo les interesaba el negocio de hacer dinero".
El informe ha dejado más cuestionada que nunca la marca histórica que Bonds consiguió el pasado mes de agosto al superar la de Hank Aaron de 756 jonrones.
Además, Bonds, que se ha querido poner en el papel del malo de la película de los esteroides, a partir del próximo febrero tendrá que hacer frente a un problema mucho mayor y más grave como son los cargos federales de perjurio y obstrucción a la justicia, que podrían mandarlo a prisión.
El legendario Pete Rose, quien no ha podido entrar al Salón de la Fama por haber hecho apuestas ilegales sobre los partidos que jugaban los Rojos de Cincinnati cuando el era piloto, dijo que todos los que se han dopado se habían burlado del deporte del béisbol.
Pero también hubo profesionales y marcas que fueron positivas y limpias para el deporte pasatiempo nacional, como fue la que logró el tercera base Alex Rodríguez, de los Yanquis de Nueva York, al ser el más joven que consigue llegar a los 500 jonrones.
Rodríguez, de 32 años, y ganador este año de su tercer premio de MVP de la Liga Americana, es considerado como el "salvador" del deporte del béisbol, ya que tiene la posibilidad de superar la marca de todos los tiempos de Bonds y recuperarle su credibilidad.
Su aportación positiva al béisbol y a los Yanquis, aunque volvió a fallar en la competición de la fase final por tercera temporada consecutiva, le permitieron firmar un nuevo contrato por 10 años y 275 millones de dólares, el más caro en la historia del béisbol.
Además, Rodríguez lo consiguió, dejando fuera de las negociaciones y la firma, a su agente libre desde que tenía 19 años, el todo poderoso Scott Boras, que le aconsejó que dejase los Yanquis, pensando que iba a recibir como mínimo 30 millones de dólares por temporada.
También las Grandes Ligas vivieron una nueva marca de asistencias a los campos de béisbol con 79.502.524 fanáticos que llegaron a los campos para ver la acción y dejaron también unos ingresos multimillonarios.
Mientras los Yanquis estaban de vacaciones y Rodríguez pensando en su contrato, los Medias Rojas se reivindicaron de nuevo de ganadores y lograron su segundo título de la Serie Mundial en cuatro temporadas y lo hicieron de nuevo por la vía de la barrida, esta vez ante los Rockies de Colorado.
Los Medias Rojas, con su conexión latina en el ataque, formada por los dominicanos David Ortiz y Manny Ramírez, junto con el puertorriqueño Mike Lowell, estuvieron intratables desde la caja de bateo, mientras que el abridor Josh Beckett fue la figura del pitcheo, y sorprendieron los novatos Dustin Pedroia y Jacoby Ellsbury.
Pero fue Lowell quien no sólo hizo una gran defensa en la tercera base, sino que se convirtió en la figura ofensiva de los Medias Rojas en la Serie Mundial y se hizo merecedor al premio de Jugador Más Valioso (MVP).
El triunfo de Lowell simbolizo él que una temporada más tuvo el béisbol latino en las Grandes Ligas, donde su participación cada vez es más numerosa, representativa e importante.
El abridor venezolano Johan Santana no sólo es uno de los mejores lanzadores de las Grandes Ligas, sino que también demostró en el 2007 que puede fildear, razón por la cual se adjudicó un nuevo trofeo para su vitrina, el premio Guante de Oro de la Liga Americana y el gran cotizado para la temporada del 2008.
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